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Una opción ideal para aquellos que están de paseo por el casco antiguo, ya sea en familia, con amigos o en pareja.
La primera vez que decidí entrar a esta pizzería fue un día de semana que celebraba la última noche de un amigo en Panamá... era miércoles, pero nos aventuramos a ver qué encontrábamos por ahí...
Cuando entras a Barrio Pizza, te da la sensación de un pequeño lugar moderno, pero hecho con amor, es acogedor y colorido, lo que también lo hace muy “panameño”.
Sus paredes funcionan como una especie de galería, hay pintura y grafitis de distintos artistas, y el resto de la pizzería tiene paredes muy rústicas de piedra a la vista, lo cual da un ambiente de familiaridad.
En una de las paredes podrás ver reflejado el menú, la manera de ordenar la comida es muy relajada, casi como un “self service”. Tienes opciones de pizzas ya hechas (esa noche nosotros probamos la “Yeyesita”); el menú es variado, hay para los vegetarianos también, y si finalmente ninguna te convence, podrás crear con ingredientes frescos la tuya propia.
La mejor parte es que puedes presenciar cuando preparan tu plato, ya que la cocina es totalmente abierta, un concepto que denota transparencia y transmite confianza.
¡CERVEZA, POR FAVOR!
No hay nada como una buena pizza acompañada de una “birra” bien fría. En Barrio Pizza encontrarás una amplia selección de cervezas, y si te gustan las artesanales, de seguro no demorarás en escoger una de tu preferencia. Si la cerveza no es lo tuyo, tienes para escoger entre bebidas sin alcohol y una riquísima sangría. Además, podrás endulzar tu noche con alguno de los postres de la casa.