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La celebración de la Semana Mayor no incluyó el recorrido tradicional por las siete iglesias del Casco Antiguo, pero tuvo un recorrido pascual por las calles de la ciudad que causó mucha polémica.
La Semana Santa del 2020 será recordada en la historia como una celebración atípica a causa del Covid-19, pues a diferencia de los años anteriores, en esta ocasión no hubo feligreses en las iglesias. El encierro obligó a los creyentes a ver los actos religiosos desde las pantallas de los televisores y en los balcones o ventanas para ver pasar la caravana de Monseñor José Domingo Ulloa.
Durante la Semana Mayor, que los cristianos recuerdan la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, es usual dentro de la Iglesia Católica los feligreses visiten siete iglesias. El peregrinaje de reflexión, que se originó en Roma para simbolizar el acompañamiento de los fieles a Jesús en cada uno de sus recorridos desde la noche en que fue apresado hasta su crucifixión, es una de las tradiciones más populares en América Latina. Y este año no fue posible visitar las diferentes iglesias del Casco Antiguo (Nuestra Señora de la Merced, Santa María La Antigua, San Felipe Nerí, San José, San Francisco de Asís, Capilla Juan Pablo II, Santa Ana) como es costumbre, tampoco asistir a las misas a recibir la palabra de Dios.
Las eucaristías fueron televisadas y transmitidas por el canal Fetv, emisoras aliadas y redes sociales. Por otro lado, en la Iglesia católica en Herrera se incluyó el uso de la tecnología y plataformas como YouTube, así como transmisiones en vivo a través de Facebook e Instagram para compartir con los creyentes las diversas actividades, entre ellas celebraciones, liturgias, retiros y hasta procesiones.
Pero el punto más llamativo fue ayer, 12 de abril, Domingo de Resurrección, donde El Santísimo Sacramento recorrió la calles de la ciudad en el Papamóvil. El Arzobispo de Panamá, Monseñor José Domingo Ulloa, recorrió algunas calles de la ciudad capital en el carro que utilizó el Papa Francisco durante su visita a Panamá para la Jornada Mundial de la Juventud, para llevar un mensaje de paz a los feligreses.
El acto, que fue la culminación de la celebración de la Semana Santa en la Iglesia católica, fue muy criticado por muchos internautas, quienes vieron mal que el Arzobispo violara la curentena, pues muchas personas no se conformaron con ver la caravana desde sus casas, sino que salieron a la calle a recibir la bendición. Algunos sí apoyaron la iniciativa por tratarse de un acto de esperanza.
El epidemiólogo Xavier Sáez Llorens, autoproclamado ateo, se sumó a los que estaban en contra del recorrido que hizo Ulloa con el santísimo en sus manos y con su rostro cubierto con un tapabocas, como medida de prevención.
Respeto la fe de todos los creyentes y no pretendo crear polémica alguna, pero no me parece correcto que monseñor Ulloa rompa la cuarentena...de hecho, el pontífice ha dado su mensaje de manera virtual...los líderes deben también tener sentido común...
— xavier sáez-llorens (@xsaezll) April 12, 2020
No obstante, la iglesia se defendió alegando que el recorrido fue con los permisos pertinentes y medidas de prevención. “En este recorrido hay solo unos cinco vehículos. No es una caravana ni una procesión. Es un recorrido pascual, solo entre cuatro y cinco vehículos, no es una caravana", reiteró el padre José Brutúa.
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