Lun, 08/19/2019 - 13:58
- Entrevistas
La modelo, presentadora y ex-Miss Panamá enfrenta su lucha contra el cáncer con fe, alegría y optimismo. Nos habla sobre su nueva visión de la vida y la belleza.
Inspiradora. Una palabra que describe perfectamente a Marisela Moreno. Desde que el pasado mes de abril los doctores le confirmaron que tenía cáncer de mama, la modelo, presentadora y ex-Miss Panamá, decidió que solo había un camino: luchar con todas sus fuerzas. Marisela reconoce que no es fácil y que nadie está preparado para saber que tiene cáncer. Ella lloró, se enfureció, pidió explicaciones a Dios, y luego de pasar el duelo decidió emprender la batalla con el único objetivo de ver crecer a sus dos hijos. Su armas han sido su fe, el buen sentido del humor y nunca rendirse.
Su actitud positiva ha trascendido hasta las redes sociales. La ex presidenta de Miss Panamá ha estado compartiendo en su Instagram cómo va enfrentando el tratamiento de quimioterapia para atacar el cáncer, el cual asegura le ha traído muchas enseñanzas a su vida, como preocuparse menos por cosas irrelevantes.
Comentarios como los beneficios de no tener cabello (Marisela se lo quitó por completo cuando se le comenzó a caer por el tratamiento) son algunas de las publicaciones divertidas que la también asesora de imagen comparte con sus seguidores, quienes le muestran su apoyo incondicional. "Hoy yo aquí disfrutando mi calva", apareció en un post el 7 de agosto, día de su cumpleaños, en el que agradecía un día más de vida.
¿Qué pasó por tu mente cuando te dieron el diagnóstico?
Mi primera impresión fue que no estaba escuchando bien. Me quedé en silencio, asustada, escuchando el proceso que tendría que pasar. Recuerdo que el doctor se esmeraba en explicarme y dijo si tenía alguna pregunta; le respondí rápidamente: ¿Mi cabello se va a caer? ¡Ni si quiera le pregunté si me iba a morir o cuál sería el tratamiento! Ese día llore, me reí, volví a llorar, me asusté, no encontraba el elevador para salir del hospital. Gracias a Dios ese doctor me abrazaba mucho, y eso de alguna forma me hacía sentir que todo iba a estar bien.
¿Cómo decidiste tomarlo con una actitud positiva e incluso divertida?
Después de llorar, molestarme y preguntarle a Dios qué pasó, me di cuenta de que nada ganaba quejándome. Me puse a orar y de un día para otro empecé a reírme de las cosas que me pasaban. Mientras más me reía de las situaciones, menos poder tenían para quitarme la paz. De verdad doy fe de que el cáncer es alérgico a la buena actitud.
¿Esta situación ha cambiado tu visión de lo que es importante?
Por supuesto que sí. Y muchísimo. Muchas cosas que me preocupaban antes ya no tienen el mismo grado de importancia. Claro que hay cosas que pueden molestarme, pero escojo mejor mis batallas; estoy disfrutando muchas cosas que daba por estándar, como la naturaleza, el sabor de las comidas, reírme de cosas sencillas; aprecio mucho más a mi madre, a mi hermana y a mi esposo. A veces veo a la gente tomar lucha por cosas que me parecen tan tontas, y me río de sus reacciones tan dramáticas.
¿Qué diferencia a la Marisela de antes y la de ahora?
La palabra es serenidad. Antes todo tenía que ser rápido y estructurado: Por ejemplo, me gradué de la escuela un año antes que mi promoción, me gradué en el cuarto año de universidad; todo tenía que ser rápido, siempre tenía que lograr algo fuera del límite, sino me sentía mediocre. La verdad es que la vida puede frenarte si no frenas, esa fuerte creencia de perfección y de responsabilidad no me dejaba parar, había que seguir siempre haciendo algo; ahora, con tanto tiempo libre y descanso obligatorio, me doy cuenta de que perdí el miedo a dejar de hacer, hacer y hacer, para empezar a solo ser.
¿Qué le dirías a la Marisela de antes?
Tú eres la única que puede cuidar tu salud física, mental y emocional. Relájate, que Dios vela siempre por el inocente, y la verdad siempre sale a relucir.
Vemos tu lucha a través de tus sociales. ¿Crees que con tu actitud y tus publicaciones puedes inspirar a las mujeres?
Yo nunca hice esto con esa intención. Yo conozco a muchas mujeres que han pasado por cosas peores que yo y son tan valientes que ellas me inspiran a mí, solo que ellas no tienen la misma plataforma de comunicación en redes sociales. Lo que sí puedo decir es que fue una buena sacudida ratificar que solo siendo auténticos podemos conectarnos emocionalmente con tanta gente e inspirarlos.
¿Ha cambiado tu concepto de belleza? ¿Cómo la defines hoy?
No, para nada. Mi concepto de belleza siempre ha sido ser auténtica, solo que ahora lo viví en carne propia. Claro que ahora no veo belleza en las exageraciones; es más, cuando observo a una persona que solo piensa en lo físico es porque definitivamente no está conectada con ella misma sino con los deseos de reconocimiento, y eso desencadenará en depresión porque no tiene base integral.
Muchas veces el cabello es visto como símbolo de belleza. ¿Qué sentiste al cortar el tuyo por completo?
Lo mismo que la mayoría pasamos: Primero, una etapa de tristeza que duró como una hora, lloré, luego me dio rabia y después dije ¡Ah, caramba, yo sabía que iba a pasar y al mal paso darle prisa! Empecé a quitarme el cabello yo misma, se sintió muy liberador. Sé que soy más que cabello y encima tengo la dicha de saber que esto es temporal. Imagínate a las personas que sufren de alopecia, que nunca tendrán la suerte de saber que llegará el momento donde su cabello volverá a creer, sino que deberán vivir así. ¡De qué me debo quejar, lo mío no es nada!
Para mí estar sin cabello ha sido una liberación de muchas cosas, como tiempo en el salón de belleza y gastos de peluquería; me lavo la cabeza tres veces al día, hasta me doy cuenta de que sigo siendo atractiva para mi esposo... De verdad creo que toda mujer debe raparse el cabello alguna vez en la vida. ¡Es realmente liberador! Yo me siento bien sin cabello, pero decidí ponerme una peluca cuando estoy en casa porque para mi hijo de 7 años todavía es duro verme sin cabello.
Tu mensaje para una persona con cáncer...
Sí es cierto que el dolor te lleva a sentir que esto no tiene fin, y sí es verdad que tienes todo el derecho a llorar, a molestarte. Recuerda que eso realmente es miedo, que es una emoción natural de protección. Puedes vivir con el miedo como un guardián, pero no como tu enemigo. Quedarnos en la auto lástima solamente va a alargar más el proceso, y si no lo puedes hacer sola, busca ayuda psicológica o grupos de apoyo; permite que la vida te sorprenda. Los doctores, la ciencia y a veces hasta la familia están haciendo su parte, tu sólo tienes que levantar el pensamiento.
¿Qué quieres decirles a todas las personas que te muestran su apoyo?
¡Gracias! De verdad lo digo. Recuerdo que tuve un momento en mis redes sociales en que perdí toda la fe en la gente, pensaba que la gente era mala y que ya no había esperanzas. Me acostumbré a los malos tratos, como si fuese merecedora de no tener amor, y ahora al ver tanto cariño y gente que de verdad me escribe con tanto amor, no puedo dejar de decir gracias. Dios siempre escucha las oraciones, recuerdo que le dije: "si tú de verdad existes, hazme justicia y déjame volver a respetar a la humanidad, como tú lo haces", y así ha sido. Ya veo que la gente sí puede ser buena, solo que debes estar preparada para recibir amor.
¿Dirías que se le puede sacar algo positivo a esta situación?
Por supuesto que sí, desde lo físico hasta lo emocional. Aprendes a comer más sano, a hacer ejercicio regularmente, a cuidar los chequeos de salud, a meditar, a tener una fe espiritual, no solo de preceptos religiosos; aprendes a observar, no solo a ver; a escuchar y no solo a oír. Cada día es una bendición, no importa si llueve o hace calor, lo importante es que es una nueva oportunidad de vida. Ves con mucha más misericordia al ser humano, tu pensamiento se eleva y perdonas.
El cáncer puede ser visto como tu mejor bendición, pero tienes que saber que es una oportunidad para enseñarte algo que solo tú puedes descifrar. No tengas miedo, no dejes que nada anule tu imaginación.
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