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Es importante entender que en Internet todo se potencia y es capaz de llegar a miles de personas en cuestión de segundos
Las redes sociales atraviesan el día a día de las personas, por lo que gran parte de las problemáticas que comienzan en el mundo físico terminan teniendo repercusiones en el mundo digital. En cuanto el ciberbullying, el primer paso es entender que en Internet todo se potencia. Una publicación llega a cientos o miles de personas en cuestión de minutos, el contenido agresivo duele y daña mucho más, ya que al crecer la cantidad de gente que accede a una publicación, el impacto es mucho mayor. Una vez que el contenido se viralizó, es imposible detenerlo o eliminarlo, por más que el agresor se arrepienta.
Por otro lado, dada la inhibición que prestan las pantallas y las redes sociales debido al anonimato, muchos niños se atreven a decir y hacer cosas en el mundo digital que no harían en el mundo físico. Para trabajar temáticas como el ciberbullying y las agresiones en línea, ESET propone cuatro pilares para tratar esta problemática:
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Formar buenos ciudadanos digitales: Así como el mundo digital es parte de la vida real, las reglas y modales que se aplican en este son las mismas que ya conocemos en el mundo físico. Enseñar a los niños respeto y normas de convivencia debería contemplar el ámbito de Internet, por lo que la educación en este contexto debe considerar aspectos relacionados al trato y la comunicación a través de medios digitales.
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Concientización por encima de la prohibición: En lugar de crear pánico sobre el uso de la tecnología, la conciencia permite que surja una atmósfera positiva. Es importante mostrar a los alumnos como pueden utilizar la tecnología para el bien común, cómo compartir conocimiento o apoyarse mutuamente. Dentro del uso responsable, existen reglas que deben enseñarse explícitamente, estableciendo políticas firmes.
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Solidaridad colectiva para reportar los casos de abuso: Ante un caso de agresión suele pasar que los niños no lo reporten por miedo a ser la próxima víctima o al castigo por parte de los adultos. En este sentido, fomentar un diálogo fluido y un espacio de escucha también contribuye a que los niños sepan a quien acudir ante casos de violencia. La violencia en línea puede, y debe, ser denunciada en las mismas plataformas. Todas las redes sociales cuentan con la opción para denunciar publicaciones, comentarios e inclusos perfiles que vulneren u hostiguen a una persona. Esta es la única forma de eliminar contenido agresivo, ya que al acumular una serie de denuncias, la publicación o el perfil son eliminados, las mismas son anónimas, por lo que no hay temor a represalia. Es importante enseñar a los más chicos cómo hacer uso de esta opción y animarlos no solo a hablar con un adulto en caso de una situación de hostigamiento, sino también a denunciarla en la plataforma.
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Diálogo, la base de todo acompañamiento: Los niños necesitan saber a quién y dónde pueden acudir antes de que ocurra un problema. En este sentido, la confianza es la clave para abrir el canal de diálogo. Según una encuesta realizada por Argentina Cibersegura, en conjunto con Digipadres, el 25% de los niños y jóvenes cree que sus mayores saben menos que ellos de tecnología. Esta diferencia hace que sientan que sus problemas en línea son menospreciados e incomprendidos.
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