Nací y crecí rodeado de mujeres. Todas hermosas, inteligentes, independientes, increíbles; caminé por mis propios medios cuando tenía como 7 años, antes, siempre hubo una mujer, hermosa, inteligente, independiente e increíble que me llevaba en sus brazos; me enamoré por primera vez por esos días, de la mejor amiga de mi tía quien estaba en la universidad y rápidamente me di cuenta de que tenía que ser igual de hermoso (aunque no lo fuera), inteligente, independiente e increíble, si quería alcanzar mis objetivos amatorios a pesar de que a esa edad uno no tiene idea de todas las maravillas que se esconden detrás de la palabra “amatorios”, decidí hacerme el “desmayado” cada vez que ella llegaba y me tiraba al piso para que ella me recogiera. ¡Ja!
¡La vaina funcionó siempre!
Lo cierto es que con 1 mamá, 2 abuelas, 1 nana, 1 bisabuela, 5 tías, 3 hermanas, 7 primas hermanas, 12 primas segundas, y luego habiendo estudiado Comunicación Social en un grupo conformado por 56 mujeres y 7 hombres, pues, tengo que decir que soy un experto en mujeres y las cuentas no terminan ahí, siempre he trabajado rodeado de mujeres, me casé y Dios me regaló una hija, pero no contento con esto, me conseguí otra de cuatro paticas quien ha establecido una sólida dictadura emocional sobre mí.
Además de mujeres, conozco de deportes porque hago deportes, de política porque soy masoquista, de historia porque me gusta conocer los errores del pasado para no repetirlos, de música, porque hago música y de cocina, porque soy un marido que se queda en casa y se ocupa de cocinar. Sí, me sé los nombres de más de 5 postres franceses y no tengo problemas con eso, le pido permiso a mi esposa para todo y no me da vergüenza y no domino el control remoto de la tele sin que esto tenga efecto alguno sobre mi hombría.
Dicho todo esto, puedo anunciar que luego de haber obtenido el permiso de mi esposa, voy a escribir para ustedes y espero que les guste, lo haré en prosa relajada, es decir, como me dé la gana, diré algunas malas palabras que ustedes me corregirán y hablaré de temas que a todos nos gusten, interesen y/o entretengan y lo haré porque me gusta escribir y porque me gustan mucho, pero mucho, las mujeres.
De aquí en adelante, “I’m all yours!”
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