Mamá se está volviendo loca

Jue, 12/07/2017 - 11:48
Los hijos interpretan la disciplina como castigo
FotoPhoto by London Scout on Unsplash

FotoPhoto by London Scout on Unsplash

¡Mamá, ya no somos unos niños! Me dicen mis hijos de 19 y 17 años respectivamente, cada vez que tocamos el tema de las reglas que deben seguir en casa, como por ejemplo no llegar después de ciertas horas cuando salen de noche. 

Ser mamá mexicana y vivir en los Estados Unidos no es tarea fácil ya que implica ir contra corriente en una sociedad en la que libertad se confunde con libertinaje, y la intención de educar a los hijos con las costumbres y valores de nuestra cultura latina convierte a una mamá exigente en una “loca exagerada”.

Acepto que soy una madre algo estricta, y aunque mis padres no lo fueron conmigo creo que a nadie le viene mal una formación disciplinada, siempre y cuando ésta sea basada en el amor y el respeto.

¿Será verdad entonces que las madres latinas somos muy aprensivas? No lo creo y defiendo este punto a capa y espada. Las madres latinas somos pasionales y protectoras por naturaleza, y nuestros hijos se convierten en una extensión de nosotras mismas –aunque sabemos que son prestados y no nos pertenecen- pero que alguien nos haga entenderlo... 

Debo confesar que en algunas ocasiones me cuestiono si caigo en la exageración, pero esas dudas vienen cuando ellos defienden su punto de vista con estrategias de persuasión que cumplen su cometido: Hacernos dudar si nos estamos pasando de la raya. No me jacto de tener una relación perfecta con mis hijos, de hecho el ser exigente me distancia un poco de ellos pero sé que la disciplina es una semilla que he plantado y cuidado, independientemente de que germine o no, eso ya dependerá de ellos. 

La frase “Algún día me entenderás” es muy coloquial pero a la vez muy cierta. Fui adolescente y conozco al derecho y al revés todos los trucos, cuentos y mentirillas propias de la edad. Pero mientras ese día no llegue hay que educar a los hijos y prepararlos para la vida –independiente- que les espera. ¿Queremos líderes, hacedores y emprendedores? Entonces pongamos manos a la obra para formar a las personas que llevarán las riendas de este planeta…

Motivar antes que forzar

via GIPHY

Cuando motivamos encendemos en nuestros hijos esa llama interna que será muy distinta para cada uno de ellos. La exigencia aderezada de motivación puede convertirse en un reto muy interesante. 

Hay que inculcarles la cultura del trabajo, de la responsabilidad y puntualidad, pero a la vez hablarles de que pueden tener sueños e ilusiones, que todo puede ser posible si lo desean. Inspirarlos a encontrar aquello que les apasione les ayudará a descubrir su potencial y a elevar su autoconfianza.

La relación con el dinero es muy importante, y no veo nada malo en empezar desde la niñez a establecer un sistema de tareas con recompensas monetarias, que despierten el sentido común para el manejo del dinero. Enseñarlos a ahorrar puede convertirse en una gran virtud en su madurez.

No es recomendable premiar a los hijos con regalos ostentosos por hacer tareas cotidianas ya que se trata de un deber. Es mejor premiarlos con aquellas cosas que verdaderamente disfruten, y los regalos pueden comprarlos con su propio dinero. Es sorprendente cómo cambian sus gustos cuando tienen que pagárselos ellos mismos…

Considero que la motivación y la exigencia son dos elementos imprescindibles que se deben aplicar diariamente en la educación de los hijos desde la infancia hasta la adolescencia. Así la “mamá loca” puede algún día llegar a ser recordada como la “mamá loca de amor” que era estricta, pero que creía en sus hijos y que los motivó a ser mejores…

 

 

 

  • Compartir: