- Sexo y Pareja
Lo hemos visto muy seguido. Es más normal de lo que parece aunque no sea para nada sano en nuestras vidas.
El apego extremo, aquel que según los psicólogos John Bowlby y Mary Ainstworth es el denominado apego ansioso-evitativo, ambivalente o desordenado, está basado en la mayoría de sus casos en inseguridades propias de una persona que también están dadas por otras circunstancias de su vida o episodios algo traumáticos. "Viene del miedo a estar solo, de percibir la soledad como si fuera la muerte o el fin del mundo, y de solo ver el emparejamiento como la única solución a todos los problemas de tu vida", explica la sexóloga panameña Maritere S. Lee.
El problema con el apego extremo es que puede fácilmente llevarte a tomar malas decisiones y a aceptar cualquier persona a un costo demasiado alto.
Estas son las 5 señales que debes tener en cuenta, según nuestra experta:
1. Siempre estás disponible: la verdad es que él te encantó, la primera cita fue increíble, pero no te ha llamado en varios días, así que te preocupas y comienzas a cuestionarte; hasta que de repente te chatea, ni siquiera te llama, te manda un texto preguntándote a las ocho de las noche un viernes: “¿qué vas a hacer más tarde?”, a lo que tú respondes: “¡nada! ¿Quieres hacer algo?” (por favor rescátame de mi vida insignificante y aburrida, aquí estoy 100% disponible para ti cuando te pique la gana).
2. No sabes poner límites: ante el punto uno, muchos pensarán “soy un adulto y no estoy para andar en juegos, si me provoca salir con la persona en ese momento, lo hago y listo, sin complejos, no hay por qué pretender estar ocupado”. Sí, hay algo de cierto en eso, no se trata de jugar, se trata de saber poner los puntos sobres las íes. Simplemente, estás enseñándole a la nueva persona cómo te gustan las cosas y cómo te gusta que te traten, y qué tipo de prioridad quieres ser en su vida.
3. Eres un ‘crazy glue’: es básico en la conducta humana percibir que lo que lo que abunda no requiere de tanta atención y esfuerzo, mientras que lo que escasea se aprecia por lo alto. Esto también aplica en las relaciones, la persona desesperada siente que va a ser abandonada en cualquier momento y que no tendrá mucha oferta en el mercado del amor, por lo tanto, apegarse o ser un chicle con su objeto afectivo es su estrategia fallida. Digo fallida porque se vuelve una sobredosis, una sobreexposición pesada y asfixiante.
4. Te olvidas de sus seres queridos: ¡definitivo! La persona hambrienta por ser amada piensa “necesito una relación, nada ni nadie se interpondrá en mi camino… ni siquiera mi familia, ni amigos”. Así funciona la lógica de una mente desesperada, pone toda su vida a un lado para fusionarse lo más posible en la vida de esa persona (objeto de deseo) para hacerse uno solo.
5. Necesitas constante reafirmación: la persona que se siente insegura y desesperada, necesitará que su objeto de deseo le notifique constantemente en qué etapa o momento de la relación se encuentran, qué tan formales son, qué posibilidades tienen en el futuro, o si es amada. Las demostraciones de afecto y de cumplidos no son suficientes, se necesita más. Lo cual es lógico, ya que la persona desesperada ha sido la que ha presionado la relación todo el tiempo, por lo tanto, la inseguridad siempre le carcomerá.
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