- Sexo y Pareja
¿Qué ocurre cuando hacemos de nuestro pareja un ídolo? La sexóloga y autora de “Una Cita Contigo Misma”, Maritere Lee, explicó cómo nos afecta este comportamiento.
Por Maritere S. Lee
¿Y ahora qué voy a hacer con mi vida? ¡Me dejaron porque supuestamente soy demasiado buena y mi ex es todo para mí! No sé qué hacer conmigo. ¿Alguna vez has escuchado a alguien expresándose así? Quizás alguna vez lo hayas dicho o te sientas actualmente de esta manera.
Estamos acostumbrados a ser reforzados diariamente con las típicas frases de amor utópicas que se predican en las películas, novelas y canciones de amor. Por ejemplo, expresiones como “eres todo para mí” o “sin ti soy nada” se pronuncian infinidad de veces en los medios. Y sí, todo eso se escucha muy bonito y romántico, pero yo me pregunto: ¿qué efectos tiene este bombardeo de expresiones sobre nuestro concepto de amor saludable?
Un individuo emocionalmente maduro sabe que es responsable y dueño de su existencia. No renuncia a sus ideales y su vida porque tiene bien claro que la travesía en pareja es compartida y que no necesariamente una de las partes abandona su vida para vivir a través del otro.
La cruda realidad es que en el mercado del amor es muy fácil conocer a sujetos que están dispuestas a renunciar a sí mismos y aceptar cualquier cosa, incluso los actos más indignantes e inimaginables, con tal de no estar solos. Si analizamos cómo funciona la motivación humana, la gran mayoría quiere rodearse de personas que creen en sí mismas, porque les da la sensación de estar bien acompañados en esta vida. Y es entonces cuando piensan que "si esa persona se complace a sí misma y tiene una vida interesante, yo quiero tener un lugar importante dentro de esa persona."
Quien ama saludablemente entiende que la pareja es una prioridad, mas no todo. Ha aprendido con la experiencia que esa persona debe ocupar un espacio especial en la vida, de manera meritoria y recíproca, un espacio que compartan y que dediquen el uno para el otro, pero que también se dediquen a sí mismos.
Por otro lado, una persona que exige de su pareja ser su todo, no quiere en el fondo una relación balanceada. No olviden que se llama pareja porque deben ser parejos. Al contrario, solo las personas con fuertes inseguridades o delirios de grandeza y poder exigen a los demás ser sus súbditos. Ahora veamos por qué:
1. Cuando haces de tu pareja tu todo... estás dando a entender que tú y el mundo que te rodea son nada.
2. Cuando haces de tu pareja tu todo... descuidas tus deseos y necesidades, te abandonas.
3. Cuando haces de tu pareja tu todo... automáticamente la responsabilizas de tu existencia.
4. Cuando haces de tu pareja tu todo... no lo estás amando más, lo estás convirtiendo en tu amo, poniéndolo por encima de ti.
Cuando tu pareja es todo para ti, automáticamente lo subes a un altar y entonces ocurre lo obvio: esa persona deja de ser tu pareja y pasa a ser un objeto inalcanzable porque la relación se desnivela. Cuando la conviertes en tu todo, sin darte cuenta le atribuyes una fuerte carga existencial, “sin ti soy nada”. Y hacer tal cosa genera presión, fastidio y una pérdida de admiración en la pareja; en pocas palabras, te anulas, te minimizas y te infantilizas.
Podemos concluir que amar no es dejar de amarse. Nadie puede dar lo que no tiene. Si amas es porque te amas. Cuando se ama saludablemente se comprende que el hecho de que uno haya encontrado a alguien no significa que se tenga que perder. Con esto me refiero a que no comprometerá su propia existencia con tal de tener una pareja a su lado. ¡No a cualquier precio! Especialmente si eso implica abandonarse a sí mismo, descuidar su salud, dejar a los seres queridos a un lado y, sobre todo, perder su identidad.
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